Cada día nos sorprende la vida.
Podemos pensar que la tenemos controlada, y esa
falsedad que nos provoca la mente nos lleva a no tomar decisiones.
Creemos que la estabilidad, los años, la tranquilidad es seguir con lo que hacemos cada día. A veces, pensamos o reflexionamos sobre lo que realmente queremos.
Creemos que la estabilidad, los años, la tranquilidad es seguir con lo que hacemos cada día. A veces, pensamos o reflexionamos sobre lo que realmente queremos.
Un día, viendo la televisión, te das cuenta que no te
hace feliz.
Pretendes cambiar el ritmo, el horizonte, el rumbo de
ella.
Compartes.
Comentas y crees que la compañía ira a tu lado a la misma
velocidad.
Pero somos diferentes.
Diferencias de educación.
Diferencias de creencias
Diferencias de esfuerzos y de sacrificios.
Puedo creer que tener las ideas claras es suficiente
cuando estas en compañía. Tristemente, no es fácil encontrar a una persona que
sienta esta misma manera de ver la vida. Y sobre todo, de ser coherente con los
hechos que suceden.
La educación, las relaciones familiares, la forma de
encarar las relaciones de amistad. Incluso la manera cotidiana de afrontar el
día a día.
Mi mente está dedicada a otros menesteres
profesionales, a veces no quiere mirar la realidad que tiene a su alrededor. Es
culpable de ocultar ante así misma aquello que no desea entrar en desencuentro.
Está satisfecha con su día a día, largo e intenso. Quejoso de la falta de
tiempo, pero feliz en su realización personal.
Pero quiere más, mucho más.
Piensas, ¿eres un monstruo?
Sientes que arrastras a quien tienes a tu lado aunque
te diga está de acuerdo. Ves como día a
día se separan los deseos. Como la comunicación se rompe porque cada palabra es
un desafío.
Notas que cualquier circunstancia es motivo de
desprecio.
Te das cuenta que aquello que has hablado y acordado no
tiene nada que ver con la realidad de los hechos.
Nunca he sentido que conocer a otras personas sea una
forma egoísta de relacionarse. He creído que para ser feliz debo dar, porque
recibo mucho más.
No entiendo la vida de otra forma.
Pero sé que hice muchas cosas mal.
Debí haber tomado antes decisiones.
No haber permitido ciertas circunstancias que
sabía modificaría la cotidianidad, y provocarían un desgaste
evidente.
La comodidad y la estabilidad me atenazaron en su
momento.
Lo curioso es que si alguien conoce mi vida personal
no entenderían muchas de mis palabras.
Quizás he vivido demasiadas experiencias, o al menos,
más de las que muchos hombres han fantaseado con tener.
He buscado el amor.
No sé si eso es difícil de entender.
Creo que no.
Seria egoísta por mi parte decir que no lo tuve. Cada
persona lo transmite según su manera de ser. Pero quizás no de la manera que yo
esperaba sentirlo.
Los hijos son parte de nosotros mismos. Cuando algo se
rompe en ese sentido, el resto ya sobra.
Y la ruptura y la soledad amanecieron en mí.
Es duro sentir como se usa la falsedad de la realidad que
has vivido para hacerte daño. Y más aún, por respeto a la intimidad, tener que
callar para no causar dolor a las personas que quieres.
Ser coherente puede romper el pasado, pero jamás el
futuro.
Encontrar de nuevo esa paz interior es gracias a
sentir la soledad a tu alrededor.
No fue fácil asumir el día después.
No es fácil ver como algunos caminos se separan y tropiezan sin solución de continuidad por una juventud inexperta y sin apoyo adecuado.
No es fácil ver como algunos caminos se separan y tropiezan sin solución de continuidad por una juventud inexperta y sin apoyo adecuado.
Cuando crees que haces lo que debes, la tranquilidad
te inunda.
Los consejos no atendidos no sirven de nada cuando el
tiempo te da la razón.
Sencillamente te sientes triste por no ser escuchado
en ese momento. Pero la vida es así. Cada persona debe asumir sus riesgos y
vivir con ellos. El tiempo les hará reflexionar sobre lo que su alma siente en
su interior vacío y lleno de miedo.
O quizás jamás reflexionen sobre ello y se sentirán más
felices.
Yo no pienso así.
Y quizás sea esta manera de sentir la que me ha hecho
crecer en mi interior, o eso creo, hasta llegar a ser el hombre que hoy soy.
Afrontando el día a día con firmeza.
Diciendo lo que pienso en cada momento.
No tengo nada que ocultar porque el miedo a perder
desapareció.
Me encontré a mí mismo, y seguiré mi camino.
Me siento fuerte, intenso, mentalmente mucho más audaz
que nunca.
Y ahora, emocionalmente, feliz.
No hay comentarios:
Publicar un comentario